Históricamente, la minería de carbón ha sido una industria muy peligrosa. Tan sólo en Estados Unidos, más de 100,000 mineros de carbón murieron en accidentes en el siglo pasado, primeramente, debido a fallas de la pared de las minas y colisiones vehiculares; los peligros de minería subterránea incluyen sofocación, envenenamiento por gas, colapso de techos y explosiones de gas. Aún hoy, la minería, de acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, sigue siendo la segunda ocupación más peligrosa en EE.UU.
Con la llegada del Vigilante AQS de Maestro, las minas pueden cuantificar y cualificar la cantidad y calidad de flujo de aire del aire en ventilación. Como resultado, las minas de carbón pueden reducir potencialmente concentraciones de gas peligrosas de metano, monóxido de carbono y sulfato de hidrógeno.
La integración de los sistemas de monitoreo Vigilante AQS de Maestro pueden llevar a avances significativos en salud y seguridad y al mismo tiempo reducir la ardua labor de estar ‘caminando a los muestreos’.